miércoles, 21 de julio de 2010

¿a quien indultaría Cristo en mi lugar?

Hoy, la iglesia católica de chile, ha honrado el legado que les dejara dos de sus más grande hijos. El primero Alberto Hurtado, santo de quien la iglesia recibió la enorme enseñanza de la clemencia, esa clemencia que muchas veces ha sido escaza y en otras muy mal utilizada. El segundo nuestro recordado Cardenal Silva Henríquez, que durante los momentos más dolorosos de la historia reciente actuó en la luz del evangelio, protegiendo a quienes eran perseguidos, pero también enseñándonos el valor del perdón y la justicia, como caminos para alcanzar la paz, esa paz que necesitamos con urgencia las generaciones que han avanzado en el camino dejando atrás los prejuicios de las divisiones, de la cuales no participamos, no nos identificamos y no somos responsables.

Tomando estas referencias, la conferencia episcopal, presento su propuesta para otorgar un indulto a los chilenos que cumplen condena en los penales nacionales y que por diversas razones estiman la necesidad de otorgarle esta “gracia”, ya sea por su edad avanzada, enfermedades terminales e invalidantes o por su grado de reinserción que significan haber dejado la catalogación de peligros para la sociedad. Estas condiciones hacen necesarias ente un sistema carcelario que ha servido solamente como una escuela del delito, no existe la infraestructura para operar como centros de reformadores, ni donde el cumplimiento de la condena sea en condiciones humanas aceptables ya que el hacinamiento es la constante en cada unidad del país. Importante es destacar que el indulto propuesto no expone libertad absoluta inmediata, más bien es la conmutación de penas, y la reducción de estas por situaciones ya expuestas

Por eso, el documento entregado es una petición que se le hace al estado para que atienda a esta necesidad valorica y espiritual para el alma del país, no es un documento insidiosamente elaborado para sacar militares de las cárceles cinco estrellas ya que desde que se comenzó a trabajar en la idea esta se orientó a los casos mencionados y que posteriormente topó con esta realidad de uniformados condenados, lo que finalmente centro la atención de la opinión pública la que lamentablemente no está tomando la globalidad de la sugerencia, sino que se enfoca a la posibilidad de la libertad de los criminales contra los derechos humanos, echando por tierra el otro 90%. Ante esto recordé una experiencia personal con monseñor Alejandro Goic, quien un día me dijo “te quedas con la uva o con el racimo, la uva no te quitara el hambre el racimo sí”. Después de varios años comprendí la connotación de sus asertivas palabras, Yo no podía centrarme solamente en un punto, tenía que ver la totalidad y de allí evaluar, considerar y descartar, lo mismo le pediría a la clase política, a los familiares de detenidos desaparecidos, y a la sociedad en pleno. Ya que finalmente la última palabra la tiene el señor presidente quien atendiendo a su conveniencia atenderá el llamado de la iglesia a la misericordia con quienes hoy se encuentran coronando nuestro ánimo sancionador y punitivo en alguna fría celda concesionada.

1 Comentário:

aloiba dijo...

lo q pasa es q cuesta creer en las razones q das tu, yo q soy bastante naif siento q esto es mas para q la gente se "llene de perdon" sobre todo para los curas q han sido acusados de crimenes sexuales, o para desviar la atencion.
Además se supone q la carcel tiene doble funcion (bueno tiene mas de dos pero son estas las q destaco) una es encerrar a las personas q sean peligro para la sociedad y otra es castigar el mal q hicieron, una especie de ojo por ojo q no se llevaria a cabo con el indulto.
Por 'ultimo, y con todo lo q ha suceido, y ademas conociendo a Piñera, dudo q permita los indultos por q el no se arriega a quedar mal con la gente y si lo hace se gana a la iglesia pero pierde al otro poco resto de Chile q lo apoyaba.

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